La relación entre SEAT y Fiat resulta larga y breve a la vez. Duró mientras Fiat tuvo una pequeña participación accionarial en la SEAT y todas las facilidades para venderle su tecnología, pero se debilitó al poco tiempo de decidir comprarla. En mayo de 1980 los ejecutivos enviados por Agnelli removieron los balances y casi no podían creer lo que veían. Los números rojos eran, senzillamente, espectaculares. Una vez acabada la época en que los balances de cuentas se hacían cuadrar a la fuerza en "El Pardo", los números aparecían ahora con toda su crueldad. Tan sólo teniendo en cuenta los intereses bancarios, SEAT había de pagar 17.000 millones anuales en pesetas de 1980.
Según explica el publicista Edouard Seidler, cuando los Agnelli conocieron la magnitud de la tragedia, cogieron su "Mystêre 20" y se plantaron en la sede del INI para anular el precontrato de compra. Alertados los responsables del INI, les prepararon una comida propio de su nivel para "untarlos". Este festín, finalmente, fue aprovechado por el presidente del INI y sus consejeros, para que todo aquella comida no se desaprovechara. Parece ser que los Agnelli sólo tardaron unos cuantos minutos en despedirse y volverse hacia al su país.
A quien sí que le iban bien las cosas por aquellas fechas era a Jordi Pujol, desde aquel momento presidente de la Generalitat. El entonces presidente de SEAT, Juan Miguel Antoñanzas, no hacía más que buscar una multinacional que quisiera comprar la SEAT. Por casualidad, en el bar de un hotel y con una cerveza en la mano conoció a Werner Schmidt, director comercial de Volkswagen, con el cual continuó conversando hasta acabar con unas cuantas jarras más y pasar a las confidencias.
Por lo que respecta a la situación de SEAT, ésta se antoja desesperada. Antoñanzas insiste a Werner para acceder al presidente de Volkswagen. Finalmente, lo consigue, y la entrevista se celebra en la habitación número 15 del hotel Gästehaus, donde reside habitualmente el presidente de VW desde que la su mujer se va negó a instalarse en una torre de Wolfsburg.
Lo que pasó después de esta entrevista se resume en lo siguiente. Fiat vende al INI su participación en SEAT por el precio simbólico de 1 peseta. SEAT acumulaba en aquellos momentos un déficit cercano a 20.000 millones de pesetas. Los sindicatos, viendo la cruda realidad, aceptan un plan de reducción de la plantilla de los 32.000 trabajadores de aquel momento hasta los 22.000 del 1984.
Nos encontramos ya en el año 1981. Suárez acababa de dimitir y Tejero se apoderaba del Congreso. Otrios hechos de importancia fueron el famoso atraco al Banco Central y el secuestro de Quini, el popular jugador del Barça y, para más confusión, un irrelevante grupo de maestros con pretensiones de triunfar en Madrid presentan un manifiesto en defensa de "lo español" de Catalunya.
El año acaba con un acuerdo con VW, que se firmó curiosamente el último día en funciones del gobierno de Suárez (quizá algun día se sabrá el por qué ) y aparece un modelo nuevo: el SEAT Panda. VW acepta cooperar con SEAT y con España, aprovechando que los costes de fabricación en aquel momento aquí eran la mitad de los que se daban en Alemania.
La irrupción de la empresa alemana se deja notar en el momento en que SEAT lleva contabilizados 5 millones de coches vendidos. En la factoría de la Zona Franca se producen en aquel momento 30.000 vehículos anuales de los modelos VW Passat y VW Santana, mientras que en el centro técnico de Martorell se rediseñan el SEAT 127 y el SEAT Ritmo, que pasaron a llamarse SEAT Fura y SEAT Ronda respectivamente.
En estos momentos fue cuando entraron en el poder los socialistas. El Banco de España se apropia de Banca Catalana y Felipe González dice que ningún presidente de una empresa estatal ha de cobrar más que el propio presidente del gobierno. Al presidente de SEAT Antoñanzas, que cobraba el doble, le bajan, por lo tanto el sueldo a la mitad, así que decide dejar la empresa. Lo substituye un químico afiliado al Opus Dei, Díaz Álvarez, que dirigirá la compañía durante la década de esplendor verdadera o ficticia, que se acerca.
Riadas de trabajadores reclaman por todo el país contra la reconversión industrial cuando VW explica su nueva manera de llevar la empresa: coches de forma mediterránea pero con un corazón alemán. Es así como acabará naciendo el SEAT Ibiza.
Pero de momento, en 1985, cuando Felipe visita Alemania por primera vez de forma oficial, en Barcelona desaparecen "El Noticiero Universal" y "El Correo Catalán". Felipe aprovecha para entrevistarse durante dos horas con el presidente de VW, Carl Hahn, y ya tiene suficiente para seducirlo. De vuelta a Madrid, da instrucciones a Miguel Boyer para que cierre un acuerdo definitivo con la multinacional. Según la prensa europea, los socialistas españoles, pragmáticos, desnacionalizan sin parar, considerando que la industria debe ser de los industriales y no de los funcionarios. El balance económico de la SEAT de aquel año explicaba el por qué: 36.522 millones de pérdidas.
VW se hizo cargo de la empresa en junio de 1986, una vez el INI había aceptado reducir la plantilla en 4.000 personas y tapar las pérdidas con diversos centenares de miles de millones de pesetas. Al principio se reconoció el haber volcado la cantidad de 150.000 millones de pesetas. Posteriormente, el gobierno rectificó y aceptó que había dado 300.000, pero parece que finalmente fueron aproximadamente 400.000. Con los problemas económicos solucionados (temporalmente), VW se plantea dos planes diferentes: o se desmantelaba la Zona Franca, o se modernizaba.
Los técnicos de VW que llegan en aquellos días a Barcelona se sorprenden de que a la recientemente escogida ciudad olímpica no haya secretarias suficientes con conocimientos de alemán. Esta época fue sorprendente, ya que Carl Hahn no contaba con tener beneficios hasta los años 90 y, en cambio, ya se consiguieron en 1988. Hahn pasó así a la historia de la compañía como el presidente que puso VW en cabeza de la industria europea absorbiendo la SEAT.
Debido al buen funcionamiento de la empresa, Hahn pensó que VW podría continuar aumentando la producción y vendiendo sin límites. De esta manera, se veía innecesario el hecho del cierre de Zona Franca. Así se decidió modernizar las instalaciones para poder aumentar la producción y facilitar la puesta en marcha de la planta de Martorell.
Para acabar la década, se celebra un gran show a cargo de Díaz Álvarez en la fábrica de Martorell para presentar a ocho mil invitados el nuevo Toledo. Él mismo afirma: "Se nos creía muertos y ahora estamos vivos, bien vivos y prósperos. Producíamos 9 coches por trabajador y año en 1981. Deberemos alcanzar los 30 en el año 1992, con 4.000 o 5.000 trabajadores menos"." Zona Franca se convertirá en la fábrica más eficiente del mundo".
Todo esto fue dicho en junio de 1989, el año en que la SEAT ganó 7.682 millones de pesetas.
MODELOS DE LOS AÑOS 80 |
||||
DENOMINACIÓN |
AÑO DE LANZAMIENTO |
TIPO DE VEHÍCULO |
||
Carrocería |
Puertas |
Volúmenes |
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1980 |
Compacto |
3 |
2 |
|
RONDA |
1982 |
Compacto |
5 |
2 |
FURA |
1983 |
Compacto |
3 / 5 |
2 |
IBIZA I |
1984 |
Compacto |
3 / 5 |
2 |
MÁLAGA |
1985 |
Berlina |
4 |
3 |
MARBELLA |
1986 |
Compacto |
3 |
2 |