La "Sociedad Española de Automóviles de Turismo" (SEAT) apareció el 9 de mayo de 1950 en el despacho de un notario. Firmaron la escritura pública el INI (Instituto Nacional de Industria), cinco bancos españoles y la empresa automovilística Fiat, que aportaba su tecnología y experiencia en el sector. Además, Fiat, dada su posición de privilegio en el pacto, impuso los criterios económico-industriales por encima de los criterios políticos deseados por los miembros del estado totalitario. Gracias a este hecho, la fábrica se construyó finalmente en unos terrenos de la Zona Franca de Barcelona, muy cerca del puerto y, por lo tanto, con muy buenas comunicaciones, descartando la ubicación de las instalaciones en una zona "más española" como hubiera sido Merimé, que era la preferida por las autoridades.
En los primeros tiempos de funcionamiento de la sociedad, los principales lugares de responsabilidad fueron ocupados por ingenieros militares como José Ortiz Echagüe, primer presidente de la empresa, o Luís Villar Molina, que inspeccionaba periódicamente a través de las 22 hectáreas de les instalaciones los avances en las obras de construcción de las naves montado en su caballo.
Las primeras naves empezaron a levantarse poco después de que el congreso norteamericano aprobase un crédito de 62 millones de dólares fruto del final del aislamiento internacional al cual se había sometido el estado español desde la II guerra Mundial debido al triunfo, aquí, del fascismo. De todas maneras, esta obertura de fronteras fue más debido al hecho de haberse demostrado la ineficacia del embargo y a los intereses comerciales que no a la concesión de libertades. Además, los EEUU exigieron colocar sus bases militares estratégicas en el territorio español con total libertad como pago de la ayuda. Como ejemplo de la falta de libertades, en el Campo de la Bota de Barcelona, cinco miembros de la Confederación General de Trabajadores (CNT) fueron ejecutados en febrero de 1952. Fueron los últimos de una larga y sangrienta lista de 3385 ejecutados por decisión de los consejos de guerra fascistas catorce años después de finalizada la guerra.
Aquel mismo mes de febrero de 1952 el pan dejó de estar racionado y la iglesia, victoriosa por los acontecimientos, obligaba a los españoles a arrodillarse frente al Sagrario "que guarda cuanto queda , de amor y de unidad".
Franco aprovechó el viaje a Barcelona para inaugurar el gran acontecimiento del año, el Congreso Eucarístico, para inaugurar también la factoría de SEAT. El "Caudillo por la Gracia de Dios" era el artífice de todos los triunfos y el salvador de todos los españoles, según se recordaba constantemente en "su" prensa, la única permitida.
Así, algunos de los 950 trabajadores que formaban la plantilla con la que empezó la producción, tenían su visión de lo que significaban las iniciales S.E.A.T: "Siempre Estarás Apretando Tornillos".
Esta graciosa transformación del nombre de la empresa no era, gratuita. Y es que los trabajadores tenían motivos suficientes para realizar este juego de palabras. El primer coche salió de la factoría de la Zona Franca el 13 de Noviembre de 1953. Se trataba de un automóvil del modelo 1400, que lo único que tenía de español era el montaje final, ya que la totalidad de las piezas procedían, en un principio, de las fábricas italianas de Fiat, tomando sentido entonces la transformación del acrónimo por parte de los trabajadores.
Otro hecho curioso que refleja el ambiente que se vivía en aquella época fue que, el hecho de que este coche saliese con la placa de matrícula B-87223 provocó cierta controversia a nivel español, ya que quería ponerle matrícula de Madrid para que esta ciudad superase en matriculaciones a las que se producían en Barcelona. Increíble pero cierto...
Mientras pasaba todo esto, empieza a verse claro que el crecimiento del parque automovilístico en los siguientes años sería importante, sino espectacular. Así, la competencia de la recién nacida SEAT no se quedaba quieta. Renault se instala en España, concretamente en Valladolid, en 1951 con el nombre de FASA-Renault y lanza al mercado su popular modelo "4/4".
De esta manera, España, que unas décadas después llegaría a ser una de les primeras potencias mundiales en la fabricación de automóviles, empieza su carrera de manera lenta y humilde. En Barcelona se atornillaban piezas italianas y en Valladolid (Renault) y Vigo (Citroën) se atornillaban piezas francesas.
Por lo que se refiere a la producción autóctona, se partía más de las buenas intenciones y de las ganas de modernizarse que no de los medios necesarios para realizarlo. Esto dio como resultado productos realmente curiosos e imaginativos, pero que, debido a la precariedad de medios del momento, no pudieron continuar desarrollándose hasta formar una industria 100% española. El resultado de esta situación se puede resumir en dos populares modelos de la época: el Isetta y el Biscuter.
Los Isetta fueron conocidos popularmente como "huevos", y sólo tenían una longitud total de 2'23 metros. El Biscuter era un pequeño autociclo diseñado en Francia por el aeronáutico francés Voisin y construido en Sant Adrià del Besòs (Barcelona) por la empresa Autonacional que montaba un motor de 197 cm3 y se vendía por unas treinta-mil pesetas. En 1956 existían 3500 biscuters en toda España. Estos populares descapotables funcionaban con el motor de una moto, su peso total era de 240 kilos, pero la llegada de los nuevos tiempos de bonanza económica precipitaron su desaparición a raíz del triunfo a partir de 1957 del que ha sido, seguramente, el automóvil más importante de la historia de España: el SEAT 600.
Cuando estos pequeños coches de cuatro plazas "para la familia y el hombre de negocios", tal como rezaba la publicidad de la época, empezaron a salir de la factoría de la Zona Franca, en 1957 (el primero, evidentemente, fue otorgado a un militar), Barcelona era una ciudad en plena expansión. El movimiento migratorio estaba en su punto álgido. "El Sevillano", tren que llegaba cada noche desde Andalucía, descargaba miles de familias enteras que se dirigían hacia barrios donde sólo había inmensos bloques de pisos como Bellvitge, Sant Ildefons, Montbau, etc.
Mientras, los obreros del ayuntamiento se encargaban entonces de cubrir la trinchera de la vía férrea de la calle Aragón, que poco tiempo después quedaría inundada de los "600", "2CV" y "4/4" que motorizaron España.
Hacia el final de la década, en le actualidad del mundo del automóvil destacaba Renault, que producía miles de unidades anuales del "Dauphine", conocido popularmente como el "coche de las viudas", debido a la tendencia que tenía a salirse de las curvas.
En el mundo del espectáculo de la época, Sara Montiel cantaba "El último cuplé" en el cine Tívoli. En cultura, Josep Maria de Sagarra pronunciaba por primera vez después de la guerra una conferencia en catalán.
Según afirma Manuel Vázquez Montalbán, "el día que los españoles empezaron a subir a los 600 empezaron a alejarse de su pasado e iniciaron una excursión de fin de semana del cual aún no han vuelto.
MODELOS DE LOS AÑOS 50 |
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DENOMINACIÓN |
AÑO DE LANZAMIENTO |
TIPO DE VEHÍCULO |
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Carrocería |
Puertas |
Volúmenes |
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1953 |
Berlina |
4 |
3 |
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1957 |
Compacto |
2 |
2 |